Abstract
A los recientes pronunciamientos de diferentes personalidades y grupos de trabajo peruano-chilenos en favor de la paz y de la concordia, le han salido al frente opiniones divergentes, también bilaterales, que tildan los esfuerzos integracionistas de ingenuos, empáticos y cargados de sensiblería. Así se abre paso un escenario que, más que enfrentar a dos naciones, enfrenta dos opuestas cosmovisiones del mundo.