Abstract
Algunas declaraciones a propósito de la revocatoria han despertado a los antiguos fantasmas de la presencia española en el Perú. Nuestro racismo proviene de esos tiempos, cuando los colonizadores, no satisfechos con dividirnos en dos grandes grupos -españoles e indios-, se afanaron en categorizar todas las mezclas raciales posibles, afán del que surgieron designaciones bizarras como “saltapatrás”, “tente-en-el-aire” y “notentiendo”.