Nuevo mercado de Santa Cruz como centralidad de usos mixtos para la potenciación social y cultural del sector C - Miraflores

Abstract

Actualmente, el desarrollo de la ciudad limeña es sinónimo de fragmentación y pérdida de espacios sociales que fomentan la vida en comunidad constante, con un grave problema de desvinculación entre equipamientos y usuarios. Los edificios de usos mixtos, combinan funciones en un mismo espacio, satisfaciendo las necesidades actuales de los ciudadanos; hace que los diversos programas se potencien y se complementen entre sí; además, incorporan el espacio público dentro del edificio, llegando a influenciar positivamente a nivel urbano. El barrio tradicional de “Santa Cruz”, es un ex barrio obrero y de servicios de Miraflores, que se encuentra en proceso de desarrollo y densificación, donde se cambian talleres mecánicos por restaurantes y converge un gran interés inmobiliario en la construcción de multifamiliares y oficinas. Es un caso de desarrollo acelerado dónde se percibe la pérdida de centralidad e interacciones en la vida urbana, esto se ve reflejado en una sociedad dónde hace falta conectar los fragmentos o recuerdos del barrio y resolver las necesidades de vida de sus habitantes frente a las nuevas demandas urbanas del sector. Uno de los equipamientos tradicionales que fomentan la vida urbana e interacciones constantes, son los mercados de abastos, que ante el fenómeno de la globalización poco a poco están siendo desplazados por canales modernos de autoservicio, especialmente los que están ubicados en los sectores con mayor potencial de desarrollo en la ciudad. A pesar de su gran importancia como integrador social, económico y cultural, se están quedando en el olvido, reflejándose en su falta de atracción y deterioro, lo que ha ocasionado la desvalorización de estos. En los mercados, las personas pueden encontrar un espacio de reunión y trato personalizado, mediante la interacción social cotidiana basada en la confianza, calidad y variedad de la oferta. En este sentido, se deben entender a los mercados como equipamientos móviles que necesitan reinventarse y adaptar su funcionamiento a las nuevas demandas de la ciudad del siglo XXI, sin perder su esencia.