Tendencias del cine regional peruano reciente

Abstract

El panorama del cine peruano cambia a partir de 1996, motivado en buena medida por el abaratamiento de la tecnología. En diciembre de ese año se estrena en Ayacucho el largometraje Lágrimas de fuego (dirigido por José Gabriel Huertas y Mélinton Eusebio), y a partir de entonces se desarrolla un producción continua y simultánea de largos y cortometrajes en varios departamentos del país (llamados también "regiones" por tener gobiernos denominados, por ley, "regionales"). Actualmente se cuentan alrededor de doscientos largometrajes regionales estrenados desde entonces (40% de la producción nacional), y centenares de cortos. Se trata de películas de gran importancia cultural pues ofrecen miradas a escenarios, personajes, relaciones sociales, vivencias y manifestaciones culturales ausentes en las producciones limeñas.